martes, 11 de julio de 2023

Tres penas y un adiós.

Incondicionalmente, para bien o para mal [casi siempre, esto último] he sabido quien soy, quien fui... y últimamente hasta quien  quiero ser y que quiero ser mejor [vaya 《sorpresa》].



La verdad es que no me arrepentí de nada de lo que hice mientras lo hice, hasta que vi en retrospectiva que lo hice, como quien ve por el retrovisor, las penas que deja atrás para recién sentirse apenado. [¡Que bochorno Dios mío!].

Lo cierto, es que la primer pena que tengo y con la que cargo hoy, -en la noche de todas las penas-, es aquella de no haberla tenido cuando tuve que  tenerla que cargar cuando ya no es sino bulto en un equipaje prestado, una nada que ocupa espacio en la la maleta que llevo del viaje de ahora, lo irónico es que como ya pasó, me la jugo, porque no se puede dejar atrás [lo que ya está atrás] ahora que reconocí que, siempre sí, había un elefante escondido en la habitación [mención especial a quien se inventara tan futilmente útil analogía para describir lo que estaba, pero se fingía que no, honor a ti, alma atormentada].

La segunda pena que cargo, tiene que ver con la primera, y que aunque es una quimera del pasado distante, marca mi presente como una desagradable cicatriz en la cara, que te recuerda a todo momento que fuiste trueno y nada, cada acierto y error, cada conjunto de lagrimas y de risas, que el fuego sí quema y que detrás de todo carnaval hay un circo agonizando sin que este sepa de su condición de desahucio, es lo que tiene la vida de Rockstar [sin el dinero o bueno sin casi nada, salvo los excesos] que al final de cada concierto siempre quedan los oídos zumbando en el infinito silencio del after, siempre después de una fiesta, toca el día después... y a eso te enfrentas cuando pasa todo. Cuando se callaron las aguas y la tormenta cesó, a mi lo que me quedo, fue una bonita y horrenda cicatriz con su historia a regañadientes a veces y otras, tan claras como una vista al espejo, reconociendo que allí abajo de tanto, quedo ignorado, el niño que pudiste ser y el hombre en que te debiste convertir. 

Esto me lleva a la tercera y última pena y es que, como se carga y se reconoce [no se esconde] te marca y como te marca, te impacta, te afecta, te moldea [ojo Bane, que yo también me crié en las sombras, me falta tu veneno y 150 libras de masa muscular, pero esos son otros detalles] y luego... viene el trauma donde se acaba el jolgorio de esto que escribo y empieza la suma de todas las penas, justo cuando te das cuenta, que, quizá la carga que llevas sea demasiada para pretender compartirla, cuando la fobia de quien fuiste quiebra al valiente y con justificada razón, se va quien debió quedarse. 

Se quedan huérfanos los niños que nunca tuviste y te quedas con las manos llenas de  los rulos de aquella criatura que nunca consolaste de los truenos en una noche de agosto, te queda el silencio, del hogar que jamás existió pero del que te recordas hasta el olor a canela y algo dulce como chocolate amentado que impregna el ambiente. Te recordas de los recuerdos que nunca construiste y de los viajes a los que jamás llegaste.

Te quedan los "si's" atravesados que debieron ser y nunca pudiste preguntar, esa visión de blanco y de altar, que valía la pena soñar y que se disuelve entre las ganas de regresar y decirle a aquel adolescente, que no fuera al callejon miseria, donde solo la compañía de los malos consejos iba a encontrar y las ganas de perderte en la fortaleza de a quien no le podría dar más igual. Pero la verdad, es que, ya no te da igual, ya no podes regresar y el callejón miseria es un lugar que llevas entre los hombros, "a tuto". Una lección de vida, una lección de como no morir/sobrevivir y morir en vida.

La verdad es que, aunque duelen los besos que no fueron y esa promesa de un infinito mañana, existieron por un momento; por un momento YO fui un escritor, y TU, MI AMOR, FUISTE CADA PALABRA TIERNA DEL MUNDO. La canción que sonó en un loop eterno que dura apenas lo que dura un buen día de amor, ese ritmo norteño, que junto con tu cuerpito caribeño es ahora un eterno compendio rítmico taladrado a fuego y olvido. Una caricia y tu pelo soñado, conmigo perdido en esos ojos oscuros, viéndote sonreír por una vez, valen todas las eternidades que me he de perder sin ti, la gente busca vidas enteras esto, yo lo encontré y lo tuve un pedacito de eternidad. Es mucho más de lo que merecía. Gracias por eso.

Gracias por el adiós más desgarrador del mundo, porque, como dijo Winnie Pooh [Oso baboso] que es tan bueno tener algo a lo que cueste decirle adiós, porque significa que valía mucho, y esa casa... ese hogar que nunca llego, ese sueño que compartimos por una breve hora en la infinidad del tiempo. Valió la pena. ¡Tenía razón en algo!

La crueldad del tiempo, es que injustamente, ya va a amanecer(le) a la madrugada más madrugada de los lunes y martes y miércoles y todos los días feos de la semana y me voy a poner la cara limpia y me voy a decir a mi mismo "pa'lante que se puede" y voy a ser mejor, y voy a caminar y correr, volar y aterrizar... hasta que un día llegue a donde tenga que terminar el viaje.

Uno en el que me voy a reír y disfrutar, abrazar y enternecer y en el que por instantes voy a jurar que no tuve el adiós con tres penas, más difícil del mundo, todo en una noche de julio en la que el mundo se termino, pero no se acabó. 

Me parece tan injusto que voy a tener que ver mis manos sin las tuyas y olvidarme como olías, que voy a olvidarme por momentos, de que tu también me olvidas por momentos. Que la vida sigue , como siguen las cosas que no tienen mucho sentido. Me parece un engaño a nosotros mismos, el imaginar cuando veamos otros ojos que no sean los nuestros y toque sonreír; no me quiero ni imaginar, no pensar en los tuyos. Me parece absurdo que me voy a reír y olvidar que hoy, hoy yo me morí.

Y hasta voy a empezar a pensar en el día, en que, al ver para atrás, voy a ver que no veniste conmigo, y quizá, me cueste media fracción de segundo y una vida entera recordarme que no me olvide de ti (ni tu de mí) (por aquello de que duele mas lo pudo y no fue, los fantasmas de los amores pasados que dice la señora de Titanic)... Y entonces me voy a tener que poner a pensar, que quizá, en otro universo, en otra vida, si lo hiciste, si veniste conmigo y llegamos juntos al final de todo, conmigo diciéndote, "viste, te lo dije". Y cuando lo recordemos, y veamos que no fue, va a ser un gancho al hígado para todos los involucrados.

Le va a tocar a este pobre mundo, tener que terminarse por millonésima vez, otra vez, como siempre, una por cada vez que me recuerde de ti y de tus ojos achinados, la sonrisa más linda que vi y el mejor abrazo de la vida. 


Al final de todo, yo voy a sonreír y tu allá quizá también, mientras el mundo se termina y ¡vuelve a comenzar! Perdiendo otro poco de color (es lo que tiene el mundo cada vez que se termina, resulta algo menos colorido que el anterior), al final tu y yo, vamos sentir(nos) tan lejos como el pasado que nos condicionó, como cada gota de sangre que supuro por la herida que hoy, al fin, puede ser cicatriz. Dos líneas entrelazadas por un ínfimo segundo, en el interminable plano temporal.

Y tendre una epifanía de viejo, de esas que caen en los instantes lúcidos de la tercera edad, en la que aunque seguro vivimos cosas bonitas, otros abrazos, otros besos y un hogar que huele a chocolate con menta [ew], siempre va a quedar el "kuko", en ese el lugar donde toquemos cada quien nuestro cielo, del beso que nos falto, aquello que no se (nos) dió, el sueño que tuvimos y la vida que siempre... nos vamos a quedar a deber.


Adiós. [Como se despide quien no quiere irse, como se va quien espera que le griten "quédate"].







miércoles, 17 de agosto de 2016

A la nena

Nunca había visto algo tan hermoso como vos...

Con tus ojos achinados y tu sonrisa que alegra el ambiente,
Quizá no te lo haya dicho suficiente
pero por vos también late mi corazón y es una dicha ser tanto de vos como vos de mí.
Confieso que sos la primera niña a la que en verdad amé... Y cuándo todo esto pase y ya no despierte con los ojos mencionados y tu manía de reírte de mí,
cuándo ya no tenga que compartir mis panqueques al desayuno ni guerrear por el baño,
cuándo no me toque invitarte, ni escuchar tus sermones... TE VOY A EXTRAÑAR (así en mayúscula).

Te voy a extrañar, jodidamente, con todas las extensiones y conjugaciones de la palabra.
Te voy a extrañar como si me arrancaran las entrañas de golpe, cómo si respirar fuera imposible.
Y para que decir más si eso es entre vos y yo.

Lo que sí te dije, es que estoy orgulloso de vos.
Qué de los dos, siempre fuiste la mejor.
Qué un millón de kilómetros son pocos si un día me necesitas,
que el que te vayas es la tristeza más feliz que he sentido,
sé que te vas a conquistar(te). A volar. A cumplirte.
Nunca había visto algo tan hermoso como vos.

Lleváte las ganas de vivirlo todo, de reírlo todo, de ganarlo todo.
La certeza de que al caer, te vas a levantar; que te queden los recuerdos. Lo vas a lograr.

Qué la luz te acompañe, las estrellas te guíen y que Dios te cuide.
Qué los días sean bellos y las noches románticas, que la fiesta nunca termine.
Qué cada amigo sea sincero y la distancia no nos vuelva distantes,
Qué las millas sean cercanas y haya muchos viajes.
Qué las bendiciones sean primero y los éxitos postreros pero siempre haya felicidad en tu andar.
Eso te deseo.

A vos mi nena de siempre,
Te amo, tu hermano.

martes, 9 de febrero de 2016

Manual para decir adiós

El corazón que se estruja... y por una enésima no hay nada más poderoso.

Decir adiós es dejar de aferrarse a esperanzas perdidas y un volveré que nunca regreso,
desbaratar un castillo de naipes con el suspiro más letal,
cinco letras que cortan a través del todo hacia la nada, un cuerpo que colapsa.
Cantinas llenas de seres sin vida, altares rotos y amantes sin pasión.

Es los besos a la nada y el abrazo tierno a la ausencia,
lo que era que y dejo de ser, lo que fue y termino; futuros borrados llenos de abogados.
La conjugación imposible del tu y yo a futuro, el pretérito imperfecto autoimpuesto.
Las marcas que se secan del pecho, el colchón desierto,
el eco de su voz en la habitación vacía por desalojo en el corazón.

La nostalgia en casa de la abuela, la risa de tu padre... el sonido del después.
Lo que las rosas no compensan, ni mil pésames te dicen.
Melodías sin ritmo, sínfonias distorsionadas.

¿Cómo decir adiós?
Con todos los fragmentos del corazón, con cada vocalización de la voz rota.
Se dice adiós con los destellos de un alma herida.
Con las notas de la melodía más triste del mundo... con las letras más abandonadas,
con un beso en la frente y los ojos llorosos.
Se dice adiós sentenciando al pasado al presente,
con la frente en alto y el pecho ametrallado,
se dispara al olvido con un vaso de whisky soltando el aliento que te sobra,
se apagan los besos que queman con el sollozo que expira su nombre.

Se dice adiós con todo lo que fuiste, con lo que te queda. Con lo que pudo ser y no será.
Se dice adiós para poder saludar mañana, el adiós es el primer paso fuera del ayer.
Es reconocer que acabo, que te espera del otro lado, es la medida precautoria del luto,
la piadosa misericordia del tiempo que te lo arrebata.

Se dice adiós para que se acabe, para que no termine, para tener el finiquito de la vida.
Se dice adiós con ganas que cicatrice lo que hoy sangra, que las lagrimas se sequen,
con la solemne convicción de curarse y quitarse las crudas del ayer.
Para que el cobarde se haga valiente y el don nadie se vuelva el héroe de su propia historia.
Dices adiós con la agridulce nostalgia.
Se dice con la estela de tu cuento al tiempo, con la suma de tus glorias y la resta de tus penas.
Se dice adiós sin manual que cuente, sin cuenta que pagar... y todas las cuentas a saldar del mundo.
Se dice para vos, para ellos, para todos.
Se dice adiós... para volver a comenzar.

miércoles, 23 de diciembre de 2015

Huellas

Los besos que se hacen suspiro, recuerdos que se cuelgan entre nostálgicos eneros. Diciembres que no terminan de decir adiós.

Prendidos al infinito quedan los últimos rayos del atardecer aferrados al crepúsculo de un tiempo que se hace pasado, caricias que acompañan a quién se fue. El eco de la risa del niño que se vuelve hombre sin saber, sin querer.

Se escribe por lo quees y pronto será un "lo que fue", espejismos del pasado aferrado al presente... Tiempos de cuerda locura y girar sin dirección, de pulmones bien llenos y rodillas raspadas, de un juego serio y jugar con la seriedad. Se mira al futuro por los que quedan y porque se debe, con ñañaras de decir mañana porque viene y se va y cosquilla en las entrañas de decir ayer porque ya paso y no se puede.

Se vale recordar (te) (se). Se vale no decir adiós cuándo se despide de todo el bagaje que va quedando atrás aunque no se quiera. ¡Qué se yo de despedidas sino más de lo que nos toca desprendernos!

Nos toca sonreír a las risas que quedan clavadas en el pecho. Sentir las huellas del colchón de tu pecho y los gemidos sonoros en silencio.

Me puedo soñar y recordar en el mismo instante que pasa sin que pese si es breve, que ganas que te fueras con tus dramas y tus pinches desvelos, que te acabaras en tus porquerías y... Quisiera que no dejaras en mi cama las huellas de la vida que se fue y tuvimos. Qué no transformaras en delirios los ojos penetrantes que ven al alma al hacer el amor, que las risas no fueran sonrisas ni las voces ecos, que no te llevaras a quienes no se quedaron. A los amigos que eran los de siempre pero no para siempre. 

Los capítulos cerrados solo valen por sus anécdotas, los besos que se dieron y las huellas porqué no hay de otra. Cicatrices del tiempo, de tiempos que anhelamos, que extrañamos aún cuando no los pensamos. Huellas eternas de lo que fue y lo que vendrá. Expectante estoy.

martes, 3 de marzo de 2015

Una Oda a la Vida... In Memoriam Daniel Rey.

...Y allí estabamos... con cara de pendejos, los pies en la tierra (literalmente) y la mente hasta las nubes...
 
Un retortijón en el alma por tratar de digerir un adiós.
No es mas dulce la ausencia porque haya pasado mas tiempo, solo se tolera más.
Se aprende a vivir así, pero no es mas dulce, carajo...
¿Acaso deja de ser amarga la hiel por añejarse?
Esas son las únicas líneas de queja que he de poner, el resto me las guardo, las escondo y finjo que no existen.

De resto diré, que te extrañan las risas clavadas en la memoria, y allí quedo una cerveza con tu nombre.
Que nos debemos un cigarro y otro viaje.
Que se me calma el alma por lo que vivimos más de lo que duele la nostalgia por lo que faltó.
Me sana el corazón un poco porque estas bien cabrón, mejor que nosotros.

Bonito el muchachito y su gracia de hacernos esperar... quién diría que ahora le toca esperarnos a él.
Hace un tiempo ni te conocía, ahora no imagino como hubiera sido no corresponder por la infinitesimal cuantía que nos tocó coincidir.
Y te aclaro que esto no lo escribo para vos, nunca fuiste mucho de sentimentalismos, y ahora, estas muy ocupado volando a infinitos nuevos.
Lo escribo para mí, por si algún día necesito viajar y volver a coincidir, le quede un destino físico a la memoria, un tributo in memoriam, una oda a la vida. Una Oda a Daniel Rey.



De coche tenías lo que yo de puerco, y de mañosos nos sobraban las palabras que al José y Alejo les faltaban para expresar sus perversiones, ni tan inocentes como Alicia, ni tan ruisueños como Majo, perdidos como el Guille, pero eso sí pero bien nos encontramos, "Dios los hace y la vida los junta" Quizá poco pero bueno, "tipo la marca del quesito..." dirías vos, así somos... Borrachos y desvelados pero caminando al mercado de mañana a comprar pescado, porque nunca paramos, nos emputamos y después nos reíamos. Como la ida truncada a ver el amanecer en el puerto, allí estabamos con la cara de pendejos, los pies en la tierra (literalmente) y la mente hasta las nubes, siempre mas allá que acá, soñando despiertos, vivimos un sueño. Ocupados en aprovechar los desocupos, en que la vida no se nos pasara sin vivirla, y de eso sí poco que reclamarle, vivimos, en serio que nosotros sí, vos viviste cabrón te (la) gozaste, viviste, reíste, lloraste, sufriste, ganaste... VIVISTE en todas las conjugaciones del verbo.


Vos y tu maña de morder, dejaste las marcas de tus dientes en la vida de todos los que conociste,
sin sentimentalismos, no podías dejar a nadie indiferente, ese quizás sea tu mejor carta de presentación, el alterarlo todo, cambiarlo.. hacer un cagadal del orden y ordenar un cagadal. Todo a un modo distinto, complementarte, complementarnos. Sos único colocho, te toca esta nueva etapa, nos toca esta nueva fase, Pero bueno al final, no hay punto final a lo que siempre evoluciona. Esta es tu Oda Dany. Enjoy "Mathafacka"!

Aprovechando lo de Spock "May you live long and prosper" (You already lived (which is more than I can say about most people) and prospered (you ended up with more than you actually knew you had)), saludame al de orejas picudas por allá.




viernes, 25 de julio de 2014

"Caída Libre Vol. II : Momentos de Impacto"



 

“…9 metros por segundo es la velocidad de un objeto en caída libre…”
Caída libre significa también estar sujeto al aparentemente azaroso avanzar de la vida, vida, que es tan similar a la fuerza de la gravedad que al igual que ella arrastra a los objetos de vuelta a su origen, la vida nos lleva de a pocos corriente abajo hasta desembocar en el final de las cosas, en ocasiones disfrutando de la suave brisa que acaricia el rostro veraniego. En otras nos hace girar abruptamente y sin control sobre el eje de la nada, nos trastorna, nos lleva a rincones desconocidos, desconcierta y nos hace perder un horizonte que se difumina ante una mirada desenfocada. Momentos de impacto, colisión, cambio.

Momentos de impacto que suceden de la nada, vórtices giratorios que nos succionan para sacarnos a una realidad alterna totalmente diferente a la que conocíamos, llevando al cúmulo estadístico de personas a lo incierto en momentos aleatorios, al que pasea los domingos en el parque, a la que juega los viernes por la noche a ser celebridad, al que se encierra en su universo, al que se abre en contemplación y admira el universo, el que se centra en la meditación, los que oran  y el que no cree más,  el que festeja hasta emborracharse y la que se emborracha hasta olvidar, el cansado de amar y la que se deja amar por todos porque no ama. El empresario que juega a conquistar el mundo, el que trata de hacerlo un mejor lugar, en quien busca en el espejo a su yo interior porque dejo de reconocerse, en el santo y el asesino. Los impactos no discriminan, no tienen formulas, ni ecuaciones matemáticas, son impredecibles y simplemente suceden.

Momentos de impacto, Juramentos con “clavitos”, besos porque sí, París con aguaceros y los labios sin carmín. Derroches y excesos porque hay tan poco que dar, el frío de la soledad que hiela el temple, caída libre sin libertad, los 9 metros por segundo sin apenas avanzar.
Momentos de impacto, explosiones, contusiones, moretones, shock… giros abruptos.
Inhalar sin exhalar, amaneceres de a uno, hablar sin parar, escuchar sin oír, mucho ruido poca sinfonía, perder la sintonía, lo desconocido, lo nuevo encaramándose a lo viejo.

Eso es un momento de impacto: perder la rienda, amor con dolor, espinas sin rosas, resacas en el festival, arte sin contemplación, el amanecer de la noche más bohemia. Una milésima de segundo de silencio absoluto, la embriaguez total del ser en la mas jodida sobriedad de los sentidos; Es cuando te das cuenta que todo ha cambiado, ya nada será igual… No volverá (s) Para bien o para mal. No dependía de vos el estrellarte, era parte de la trayectoria, de tu trayectoria y no había nada que pudieras hacer, un momento de impacto es el hoy que se viste de noctambulo y avisa que se acabo, las risas que hacen eco, las lagrimas que se secan, presentes que se vuelven memorias, memorias que se borran, es tu vida que deja de ser solo tuya y depende de vos recuperarla o la vida que vuelve a vos para que decidas en que gastar tus minutos… y aún así no dependía de vos. No era asunto tuyo el gira y gira de la tierra que centrífuga a los amantes, no era tuyo para decidir la centrípeta que acercaría un amigo, el amor de tu viejo o un viejo amor.


Era de las tropecientas y pico de coincidencias en las que no coincidiste, que son el número de veces que has reprochado al buzón vacío de mensajes que no dejaste, el número de veces que te palpita la cabeza la mañana siguiente, la cantidad de besos que derrochaste al no dar, la cifra de las letras en verso que escribiste, tropecientas y pico de cosas que no podes controlar, que no podes decidir, las vueltas, los giros del carrusel, los abrazos que vas a dar, los polvos imaginarios sumados a los reales divididos entre las personas con quien compartiste colchón, las veces que pierde el caminante el camino sin saber que lo hace al andar, los viajes que hiciste, los lugares a los que no has ido, pasos que diste. Tropecientas y pico son las veces que tenes que decirte a vos mismo que estás en caída libre, que no te podes dejar olvidarlo porque no depende de vos, ni caer, ni los impactos, pero SÍ el instante después y todo lo que le suceda a partir de allí.

Eso sí depende de vos, la “infimesíma” parte del instante que le sigue y que podría y quizás lo haga, alterar para siempre tu vida y será tu culpa y nada mas que tuya. Así como el decidir cuándo y cuánto guardar luto, o cuantas lagrimas llorarás por un desamor, será tu decisión el abordar el avión o quedarte, el huir o luchar, y si luchar vale la pena… No hay absolutos y serás tú el guardián de tu relativo, tu verdad será tuya y solo tuya. Serás vos el que abra o cierre puertas en tu vida, que te arrojara curvas, te hará girar sin control, te hará colisionar con otras personas, te succionara de otras, atravesaras vórtices… pero al final del día, vos vas a jalar el gatillo o vas a empezar a salir de allí, vos vas a tomar la oportunidad o la vas a dejar ir, el sí o el no… dependen de lo que le dejes a tu lengua pronunciar.

El whisky será de fiesta o será un duro acompañante cuando vos lo decidas, solo hay carnaval cuando en vos hay fiesta, las mismas luces de tu ciudad que te hacen alucinar, te verán acomplejado recorrer el barrio sin saber a donde llegar si tus pies no saben andar. Todos nos perdemos, quizás todos lo estemos aunque no todos lo sepamos. Pero dependerá de vos encontrarte, Sí, nadie te besara igual que ella, ni tendrá el pecho tan cálido como el lo tenía al abrazarte, tenlo por seguro. Pero eso no implica que será peor, ni mejor. Eso será tu decisión, mientras será solamente distinto. Sí no podes querer tanto ya, aprende a querer mejor, sí no podes olvidar aprende a que tus recuerdos no definan tu presente y que esa memoria sea combustible para mañana, No todos los momentos de impacto son necesariamente malos, ni buenos en esencia, son solamente cambios abruptos aún cuando deriven de un proceso. Es por eso que no podes ser el mismo cuando los factores han cambiado, tenes que moverte, evolucionar aunque no alteres tu esencia. Pero, eso… será tuyo, tuyo y de nadie más.
Si perdes será por y para vos y si ganas tú victoria será tuya y de Dios nada más.

¿Qué vas a hacer? Jamás estarás completamente listo para el siguiente momento de impacto, es parte de su mística, puede que los engranajes ya estén maquinando o que recién las partículas se asienten, no es seguro… lo único seguro es que mientras estes aquí, seguirán ocurriendo, los amaneceres seguirán siendo de los amantes que se fugan, las noches de pasiones y bragas para deseos que se le esconden al sol, los atardeceres tendrán el rojizo de los labios de la nostalgia, seguirán habiendo horizontes llenos de nada, y vacíos llenos de sorpresas. Amores de bar y bares para olvidar amores. Todo en constante movimiento, siguiendo la trayectoria de su caída, colisionando, ajustándose al cambio… a los momentos de impacto.



viernes, 14 de febrero de 2014

"Sueños de Carretera" Vol.1

Un teléfono descolgado y las líneas sin destinatario...
Llamadas que finalizan donde comienzan los puntos finales,
El eco de las voces que prometieron volver, y no volvieron jamás.
Promesas sin cumplir y el sueño que se dio media vuelta para atrás,
El sobrecogedor sonido de la nada riéndose de vos, multitudes vacías, el lleno y sus vacíos, ridiculeces y cursilerías...
Otra copa vacía, otra poesía sin rima.
Otra pluma desgastada de desenmarañar en papel el mapa del alma,
El camino del ser... Que no lleva a ninguna parte, 
Todos los caminos llevan cuando viajas sin destino.

Las vidas, las muertes y sus vueltas,
Un adiós y un quizás que se cosecha en otoño,
Otro presente sin futuro que con vos se revuelca;
Una noche de camas revueltas, una mañas por la mañana, otro amanecer porque sí,
"Lo malo del Después" de Sabina, otro whisky en la tina...
Poesías sin rimas vacías como cielos de Noviembre,
Copas sin rimas como poesías de noviembre
Copas vacías...

Se amanece con la luz saboreando a mierda, cuando palpitan los párpados latidos que son solo tuyos,
Despilfarro y carnaval, locura, bohemia y excesos...ya se sabe como va la historia
Todo por la noche y sus tres orgasmos, cinco abrazos, ocho copas, once y media,  ¡Mierda! Once y media, ya voy tarde y la despedida, tres besos: uno por mejilla,otro por descaro y porque sí. Otro taxi que se va.... Un camino y su final sin apenas empezar.
Resacas que pesan por la tinaja de reproches; pero es importante moverse antes que quiera bostezar el espíritu y hechar raíces.

Paga peaje el caminante por la vida al andar, se gasta el calendario, sé es duro con los horarios...
Cobra caro la libertad y paga mal el libertinaje.
Auditoría interna recorre cubriendo con las luces bohemias de otra ciudad el déficit fiscal de cariño
Embarga otro poco de corazón y paga otra planilla de locura,
Dice administración que se vive al día con las tangas estadísticas,
Logística advierte de otra carretera sin retorno, y aún así no es del todo malo...

El camino no es del todo malo y tiene el encanto de un atardecer despejado tras un día lluvioso
Tiene la magia de un soleado en invierno, y de las nubes que cubren una costa fría de su platino
Ofrece cierto placer sádico la melancolía, como un delicioso trastorno, un placer culposo, un pecado culposo sin culpa,
Descansa un poco la nostalgia en los puertos de antaño, el portal aquel y la pequeña cantina en la 4a.
Mentes dementes que añoran más el horizonte que los delicados parajes que adornan la vista del ahorita.

Sueña el ser, el alma misma con aquella carretera de la vida, son los sueños de carretera, de caminos por recorrer, de probar al mundo y acallar la voz que te reta a ti mismo que tan lejos puedes ir sin empezar a regresar, que te reta a descubrir aquello que esconde el horizonte lleno, un cielo vacío. Un ojo medio abierto, la barba de ayer, un leve palpitar en el alma, el ínfimo sangrado que provoca el amanecer de un viaje definitivo que aprieta un poco el corazón y su sístole, otro sueño de carretera... Es hora de seguir, la vida no para... Y el caminante debe encontrar su propio puerto, su paraje de descanso, el destino definitivo no  más hoteles de viajero.