viernes, 25 de julio de 2014

"Caída Libre Vol. II : Momentos de Impacto"



 

“…9 metros por segundo es la velocidad de un objeto en caída libre…”
Caída libre significa también estar sujeto al aparentemente azaroso avanzar de la vida, vida, que es tan similar a la fuerza de la gravedad que al igual que ella arrastra a los objetos de vuelta a su origen, la vida nos lleva de a pocos corriente abajo hasta desembocar en el final de las cosas, en ocasiones disfrutando de la suave brisa que acaricia el rostro veraniego. En otras nos hace girar abruptamente y sin control sobre el eje de la nada, nos trastorna, nos lleva a rincones desconocidos, desconcierta y nos hace perder un horizonte que se difumina ante una mirada desenfocada. Momentos de impacto, colisión, cambio.

Momentos de impacto que suceden de la nada, vórtices giratorios que nos succionan para sacarnos a una realidad alterna totalmente diferente a la que conocíamos, llevando al cúmulo estadístico de personas a lo incierto en momentos aleatorios, al que pasea los domingos en el parque, a la que juega los viernes por la noche a ser celebridad, al que se encierra en su universo, al que se abre en contemplación y admira el universo, el que se centra en la meditación, los que oran  y el que no cree más,  el que festeja hasta emborracharse y la que se emborracha hasta olvidar, el cansado de amar y la que se deja amar por todos porque no ama. El empresario que juega a conquistar el mundo, el que trata de hacerlo un mejor lugar, en quien busca en el espejo a su yo interior porque dejo de reconocerse, en el santo y el asesino. Los impactos no discriminan, no tienen formulas, ni ecuaciones matemáticas, son impredecibles y simplemente suceden.

Momentos de impacto, Juramentos con “clavitos”, besos porque sí, París con aguaceros y los labios sin carmín. Derroches y excesos porque hay tan poco que dar, el frío de la soledad que hiela el temple, caída libre sin libertad, los 9 metros por segundo sin apenas avanzar.
Momentos de impacto, explosiones, contusiones, moretones, shock… giros abruptos.
Inhalar sin exhalar, amaneceres de a uno, hablar sin parar, escuchar sin oír, mucho ruido poca sinfonía, perder la sintonía, lo desconocido, lo nuevo encaramándose a lo viejo.

Eso es un momento de impacto: perder la rienda, amor con dolor, espinas sin rosas, resacas en el festival, arte sin contemplación, el amanecer de la noche más bohemia. Una milésima de segundo de silencio absoluto, la embriaguez total del ser en la mas jodida sobriedad de los sentidos; Es cuando te das cuenta que todo ha cambiado, ya nada será igual… No volverá (s) Para bien o para mal. No dependía de vos el estrellarte, era parte de la trayectoria, de tu trayectoria y no había nada que pudieras hacer, un momento de impacto es el hoy que se viste de noctambulo y avisa que se acabo, las risas que hacen eco, las lagrimas que se secan, presentes que se vuelven memorias, memorias que se borran, es tu vida que deja de ser solo tuya y depende de vos recuperarla o la vida que vuelve a vos para que decidas en que gastar tus minutos… y aún así no dependía de vos. No era asunto tuyo el gira y gira de la tierra que centrífuga a los amantes, no era tuyo para decidir la centrípeta que acercaría un amigo, el amor de tu viejo o un viejo amor.


Era de las tropecientas y pico de coincidencias en las que no coincidiste, que son el número de veces que has reprochado al buzón vacío de mensajes que no dejaste, el número de veces que te palpita la cabeza la mañana siguiente, la cantidad de besos que derrochaste al no dar, la cifra de las letras en verso que escribiste, tropecientas y pico de cosas que no podes controlar, que no podes decidir, las vueltas, los giros del carrusel, los abrazos que vas a dar, los polvos imaginarios sumados a los reales divididos entre las personas con quien compartiste colchón, las veces que pierde el caminante el camino sin saber que lo hace al andar, los viajes que hiciste, los lugares a los que no has ido, pasos que diste. Tropecientas y pico son las veces que tenes que decirte a vos mismo que estás en caída libre, que no te podes dejar olvidarlo porque no depende de vos, ni caer, ni los impactos, pero SÍ el instante después y todo lo que le suceda a partir de allí.

Eso sí depende de vos, la “infimesíma” parte del instante que le sigue y que podría y quizás lo haga, alterar para siempre tu vida y será tu culpa y nada mas que tuya. Así como el decidir cuándo y cuánto guardar luto, o cuantas lagrimas llorarás por un desamor, será tu decisión el abordar el avión o quedarte, el huir o luchar, y si luchar vale la pena… No hay absolutos y serás tú el guardián de tu relativo, tu verdad será tuya y solo tuya. Serás vos el que abra o cierre puertas en tu vida, que te arrojara curvas, te hará girar sin control, te hará colisionar con otras personas, te succionara de otras, atravesaras vórtices… pero al final del día, vos vas a jalar el gatillo o vas a empezar a salir de allí, vos vas a tomar la oportunidad o la vas a dejar ir, el sí o el no… dependen de lo que le dejes a tu lengua pronunciar.

El whisky será de fiesta o será un duro acompañante cuando vos lo decidas, solo hay carnaval cuando en vos hay fiesta, las mismas luces de tu ciudad que te hacen alucinar, te verán acomplejado recorrer el barrio sin saber a donde llegar si tus pies no saben andar. Todos nos perdemos, quizás todos lo estemos aunque no todos lo sepamos. Pero dependerá de vos encontrarte, Sí, nadie te besara igual que ella, ni tendrá el pecho tan cálido como el lo tenía al abrazarte, tenlo por seguro. Pero eso no implica que será peor, ni mejor. Eso será tu decisión, mientras será solamente distinto. Sí no podes querer tanto ya, aprende a querer mejor, sí no podes olvidar aprende a que tus recuerdos no definan tu presente y que esa memoria sea combustible para mañana, No todos los momentos de impacto son necesariamente malos, ni buenos en esencia, son solamente cambios abruptos aún cuando deriven de un proceso. Es por eso que no podes ser el mismo cuando los factores han cambiado, tenes que moverte, evolucionar aunque no alteres tu esencia. Pero, eso… será tuyo, tuyo y de nadie más.
Si perdes será por y para vos y si ganas tú victoria será tuya y de Dios nada más.

¿Qué vas a hacer? Jamás estarás completamente listo para el siguiente momento de impacto, es parte de su mística, puede que los engranajes ya estén maquinando o que recién las partículas se asienten, no es seguro… lo único seguro es que mientras estes aquí, seguirán ocurriendo, los amaneceres seguirán siendo de los amantes que se fugan, las noches de pasiones y bragas para deseos que se le esconden al sol, los atardeceres tendrán el rojizo de los labios de la nostalgia, seguirán habiendo horizontes llenos de nada, y vacíos llenos de sorpresas. Amores de bar y bares para olvidar amores. Todo en constante movimiento, siguiendo la trayectoria de su caída, colisionando, ajustándose al cambio… a los momentos de impacto.



viernes, 14 de febrero de 2014

"Sueños de Carretera" Vol.1

Un teléfono descolgado y las líneas sin destinatario...
Llamadas que finalizan donde comienzan los puntos finales,
El eco de las voces que prometieron volver, y no volvieron jamás.
Promesas sin cumplir y el sueño que se dio media vuelta para atrás,
El sobrecogedor sonido de la nada riéndose de vos, multitudes vacías, el lleno y sus vacíos, ridiculeces y cursilerías...
Otra copa vacía, otra poesía sin rima.
Otra pluma desgastada de desenmarañar en papel el mapa del alma,
El camino del ser... Que no lleva a ninguna parte, 
Todos los caminos llevan cuando viajas sin destino.

Las vidas, las muertes y sus vueltas,
Un adiós y un quizás que se cosecha en otoño,
Otro presente sin futuro que con vos se revuelca;
Una noche de camas revueltas, una mañas por la mañana, otro amanecer porque sí,
"Lo malo del Después" de Sabina, otro whisky en la tina...
Poesías sin rimas vacías como cielos de Noviembre,
Copas sin rimas como poesías de noviembre
Copas vacías...

Se amanece con la luz saboreando a mierda, cuando palpitan los párpados latidos que son solo tuyos,
Despilfarro y carnaval, locura, bohemia y excesos...ya se sabe como va la historia
Todo por la noche y sus tres orgasmos, cinco abrazos, ocho copas, once y media,  ¡Mierda! Once y media, ya voy tarde y la despedida, tres besos: uno por mejilla,otro por descaro y porque sí. Otro taxi que se va.... Un camino y su final sin apenas empezar.
Resacas que pesan por la tinaja de reproches; pero es importante moverse antes que quiera bostezar el espíritu y hechar raíces.

Paga peaje el caminante por la vida al andar, se gasta el calendario, sé es duro con los horarios...
Cobra caro la libertad y paga mal el libertinaje.
Auditoría interna recorre cubriendo con las luces bohemias de otra ciudad el déficit fiscal de cariño
Embarga otro poco de corazón y paga otra planilla de locura,
Dice administración que se vive al día con las tangas estadísticas,
Logística advierte de otra carretera sin retorno, y aún así no es del todo malo...

El camino no es del todo malo y tiene el encanto de un atardecer despejado tras un día lluvioso
Tiene la magia de un soleado en invierno, y de las nubes que cubren una costa fría de su platino
Ofrece cierto placer sádico la melancolía, como un delicioso trastorno, un placer culposo, un pecado culposo sin culpa,
Descansa un poco la nostalgia en los puertos de antaño, el portal aquel y la pequeña cantina en la 4a.
Mentes dementes que añoran más el horizonte que los delicados parajes que adornan la vista del ahorita.

Sueña el ser, el alma misma con aquella carretera de la vida, son los sueños de carretera, de caminos por recorrer, de probar al mundo y acallar la voz que te reta a ti mismo que tan lejos puedes ir sin empezar a regresar, que te reta a descubrir aquello que esconde el horizonte lleno, un cielo vacío. Un ojo medio abierto, la barba de ayer, un leve palpitar en el alma, el ínfimo sangrado que provoca el amanecer de un viaje definitivo que aprieta un poco el corazón y su sístole, otro sueño de carretera... Es hora de seguir, la vida no para... Y el caminante debe encontrar su propio puerto, su paraje de descanso, el destino definitivo no  más hoteles de viajero.



 


"Revolución"



"Revolución"… Pocas veces una palabra coge un sentido tan absoluto y relativo a la vez, para algunos un ideal, para otros una aberración acéfala de quienes giran en la anarquía social, la palabra se asocia a principios libertarios y dictadores por igual; lo cierto es que siempre estuvo aquí con sus fantasmas del pasado, sus ganas de futuro, sus verdaderos idealistas revolucionistas y aquellos “revolucionarios” de nombre.

Ayer Venezuela sangró sangre joven e idealista, la noticia inundo las redes sociales y colmó los noticieros con las posturas oficiales de políticos de gran nivel, señales de repudio y quienes manifestaron su apoyo; hay quienes visualizan su sacrificio como aquel de un mártir por la libertad, y quienes los ven como desestabilizadores al servicio del imperialismo, fascistas dirán muchos, aún desconociendo el significado textual de la palabra. Sea cuál sea tu postura, es aberrante.

Es aberrante, sí una y mil veces aberrante como se puede tan desvergonzadamente observar a los ideales más nobles ser teñidos de política, todo con tal de lograr un objetivo, aún a costa de desgarrar el tejido social y abrir una brecha tan profunda que se necesitará más que un dialogo para reconciliar a los hermanos que ahora se ven con desconfianza mutua; más aberrante aún es reconocer que se trata de prácticamente un requisito. Y es que por lo general las revoluciones terminan asesinando a sus verdaderos líderes en cuanto se les pueda exprimir cada gota de idealismo útil, cada discurso conmovedor, cada imagen que luego pueda ser transformada en serigrafía popular, en iconografía de las masas para luego cercenar la historia y mutilar la “revolución” a conveniencia de quien tenga la mentalidad mas negra y la mano mas dura. Como un macabro experimento social de laboratorio se puede observar luego a la masa social enfrascada en su necesidad de ser dirigida, aceptar prácticamente cualquier líder que ofrezca un cambio abrupto y cuenta con una oratoria destacada, más si este viene acompañado de la promesa de poco trabajo y beneficios sociales adornándolos con nombres fantásticos que hagan alusión a la libertad y autodeterminación de un pueblo, aunque claro está, luego la historia repita la sinfonía trágica del “pobre pueblo engañado y sufrido”. 

Es aberrante creer que se denomina "revolucionario" a cualquiera que vista una estrella roja, o porque habla de masas e igualdad, que llena sus discursos con frases en defensa del proletariado y acto seguido mutilan a sus trabajadores quitándoles hasta el más elemental de sus derechos, la huelga; es aberrante que podamos ser tan facilmente engañados y que haya inescrupulosos que jueguen con las masas, los sueños de la gente, que le vendan el futuro a los padres a sabiendas que no hay nada más allá, prometiéndoles autodeterminación en un régimen dictatorial, hablando de soberanía cuando sus pueblos no pueden ni disponer de sus propias vidas, ofreciendo libertad cuando luego no existe ni la libertad de expresión.

Hablan de revolución y luego le temen al cambio como a un desastre natural, como al peor de los cánceres sociales, como a una enfermedad incurable. Sus mentes rápidamente se enferman de paranoia y se enfrazcan en totalitarismos, sin entender que una revolución verdadera no puede ser simplemente derrocada, no puede destruirse con quitar al gobernante pues habita en la gente... Una revolución no responde a estándares políticos ni sistemas totalitarios, no depende de un régimen pues deja un legado mucho más grande en la consciencia que un nombre, deja una marca indeleble en las masas y responde únicamente ante ideales nobles como mejorar la calidad de vida de los seres humanos, de igualdad y libertad.

El mayor error de quienes esgrimen falsamente las mal llamadas "revoluciones" para legitimar su estancia en el poder es el cercenar la naturaleza humana y pretender estatizar el avance, su deseo de superación y todo destello de inventivo colectivo con tal de perpetuar sus ideas y a ellos mismos en el poder, queriendo destruir el ingenio para prevenir que surgan soluciones y dejen en evidencia lo obsoleto del totalitarismo que ejercen, pretenden frenar la  mismisíma evolución humana, condenándo al tejido social a ser homogéneo, etéreo y creer que así ha de funcionar, eso es… a lo que se han reducido las mal llamadas “Revoluciones” un líder despótico, represión, nacionalización, aislamiento en sus diferentes grados solo para luego caer en cuenta, como Cuba, que las reformas, los cambios son necesarios para un sano desarrollo no solo personal si no social.




No se menciona ya, que las verdaderas revoluciones no habitan en el celoso seno de la izquierda y sus paranoias o en las liberales derechas y sus mil y un apologistas, no esta en los vanguardistas o liberales, habita en la gente, en el alma y la voz de cualquiera que se atreva a levantar un grito de libertad genuina en contra de la tiranía y las injusticias en cualquier nivel y contra cualquier sistema, habita en el idealista que cree y trabaja por una realidad diferente, en aquel cuya consciencia superior le previene de la frialdad del consumismo, en el que siente un nudo en la garganta cuando otro sufre, en aquel que carga a un compañero moribundo, en el que es capaz de escuchar a quien no tiene sus mismas ideas y respetarlas e incluso velar por su libertad a manifestarlas, en quien aprende de lo que lo rodea, en todo quien busca hacer de este mundo un mundo mejor, al final del día ¿Qué clase de hombres seriamos si no tratamos de hacer de este un mundo mejor? ¿Qué más tiene que esperar el mundo a que te decidas ser la mejor versión de ti?
La verdadera revolución, no se esconde en la Habana, ni en Washington, ni en los rincones de Moscú, no esta en un libro de un tipo sea quien sea o en un estudioso ensayo… empieza en ti, y tus ganas de contagiar al mundo en el simple hecho de ser mejor.